21 de agosto de 2014

El cuscús


El cuscús es un alimento que se obtiene a partir del trigo – es decir se toman algunas partes del trigo, se muelen y se obtiene el cuscús .  Es preparado principalmente a partir del trigo, pero también puede ser hecho con arroz, sorgo, maíz u otros granos. A diferencia de lo que muchas personas piensan, el cuscús no es un grano, sino un tipo de “pasta”.

Es una buena fuente de vitaminas del grupo B, antioxidantes y minerales como el selenio. Además, es una buena fuente de proteínas, brindándonos hasta 6 gramos de proteínas por taza, y además, es un alimento libre de grasas.Una taza de cuscùs nos brinda alrededor de 176 calorías y es alto en carbohidratos (36 gramos por taza).

Gracias a sus propiedades antioxidantes, ayuda a proteger a nuestro cuerpo de los radicales libres, lo cual puede prevenir enfermedades crónicas como el cáncer, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, y además gracias a su gran contenido de vitaminas, ayuda a fortalecer nuestro cuerpo.

Las personas con una actividad física importante como los deportistas, sobre todo los de resistencia, harían bien en incluirlo en su dieta diaria. Además, la vitamina B1 o tiamina contenida en el cuscús (0,16 mg/100 g) lo convierte en una fuente de energía aún más eficiente, ya que las enzimas que participan en la asimilación de la glucosa necesitan de esta valiosa vitamina del grupo B.

La gran ventaja del cuscús en la cocina es que resulta mucho más fácil y rápido de cocinar

El 
cuscús se prepara tradicionalmente al vapor, pero hoy en día lo que suele hacerse es verter agua hirviendo sobre el cuscús  y dejar que este se hinche durante cinco minutos.

11 de agosto de 2014

Sedentarismo , nutrición y actividad fìsica


 Hoy en día, cada vez es más normal tener un trabajo que nos obliga a permanecer sentados durante muchas horas. El boom que se produjo hace algunas décadas en el sector servicios ha provocado que más de dos tercios de la población tenga un trabajo sedentario.

Por lo general, estos trabajos demandan mucha concentración y esfuerzo intelectual, lo que hace que al terminar la jornada nos sintamos agotados y que solo tengamos ganas de irnos a casa a sentarnos frente al televisor. Por desgracia, nuestro organismo no acepta tan rápidamente permanecer sedentario y sus funciones básicas necesitan de la actividad física para funcionar correctamente y estar sano.


Después de trabajar ocho horas sentados es una oficina, nos sentimos agotados, pero ese cansancio es solo a nivel mental, no físico. Está comprobado que la práctica de actividad física, de cualquier tipo, elimina tensiones, libera estrés y mejora la calidad del sueño, ayudándonos a descansar. Aunque sea paradójico:
 ¡hacer ejercicio descansa!

Pero el problema no es solo el cambio en las tendencias de trabajo. Las nuevas tecnologías nos ofrecen la posibilidad de innumerables opciones de ocio sin salir de casa y sin movernos del sillón: televisión, vídeo juegos, redes sociales e Internet… Si a todo esto le sumamos el uso abusivo del auto, los ascensores o las escaleras mecánicas, llegamos a la conclusión de que nuestro día a día es totalmente inactivo.

Vivimos en una sociedad desarrollada, en la que la cantidad de alimento no es un problema y tenemos acceso a todo tipo de productos sin límite. Lo que debería ser una ventaja y un privilegio, se ha convertido en un arma muy peligrosa. La sobrealimentación y la malnutrición en nuestro país, son uno de los problemas más graves, ya que derivan en obesidad, problemas cardíacos o altos índices de cáncer.


La incorporación de la mujer a un mercado laboral más justo e igualitario ha derivado, sin embargo, en un aumento de la oferta de comida preparada y de comida rápida, la falta de tiempo para cocinar o la necesidad de tener que comer fuera de casa la mayoría de los días, lo que ha influido mucho en los hábitos alimentarios de la población.

Si juntamos ambas cosas- la falta de actividad física y la malnutrición-, conseguimos una bomba de tiempo para el cuerpo.

Está en nuestras manos hacer algo para cambiar esto: lo bueno es que en los últimos tiempos nos hemos ido dando cuenta de este problema. Los supermercados se han llenado de alimentos bajos en grasa, productos light o ecológicos. Ha aumentado el número de gimnasios, la oferta de ocio en la naturaleza y al aire libre, los deportes colectivos e individuales. Cada vez hay más grupos que salen a correr por el hermoso parque que tenemos o por las playas.




Los medios están ahí, al alcance de todos. Tal vez no te gusta ir a un gimnasio o correr en la cinta, pero si caminar por el parque o correr con un grupo por la playa un día soleado. Siempre hay una opción.

El ponerse en marcha depende de nosotros mismos.
 Empecemos ahora!!

¿Y que podemos hacer para elegir bien lo que comemos?

En primer lugar, es importante diferenciar do conceptos que aunque a menudo se usen indistintamente, son diferentes.

Alimentación: es una acción voluntaria y consciente, es lo que elegimos comer y comemos.

Nutrición: es el conjunto de reacciones y procesos metabólicos que suceden e el interior del organismo y por los cuales se digieren, asimilan y transforman los alimentos ingeridos. Es decir lo que ocurre dentro del cuerpo con lo que hemos comido. Es un proceso involuntario e inconsciente.

Con estos dos conceptos llegamos a la conclusión de que si queremos tener una buena nutrición, debemos empezar por tener una buena alimentación y que será esto: realizar como mínimo 4 comidas diarias y una o dos colaciones, no saltear el desayuno ya que es la comida más importante de día. Y consumir todos los nutrientes necesarios para el cuerpo ya sea hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales y beber bastante agua.